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lunes, 8 de noviembre de 2010

Cuando la sequía llega ... nada queda

Estos días he estado pensando que aparte de contaros como es mi vida en la capital madrileña os mereceis saber algo más sobre mí.

Me apetecía que supierais que en mi tiempo libre me gusta mucho escribir, ya que me relaja.

Por eso, en estos días en adelante voy a contaros unos CUENTOS.

El que os voy a contar ahora lo escribí  antes de venir hacia acá.


Bolivia y Massamagrell unidos por la oportunidad

En un pueblecito de Bolivia, vivía una familia, formada por una pareja y siete hijos. Su vida eran sus tierras y todos trabajaban duramente para sacarlas adelante día a día.

Llegaron tiempos de sequía, que estropearon todas las tierras y el pueblo empezó a empobrecerse de forma importante, entonces los cabezas de familia tuvieron que abandonar el pueblo y emigrar a otros lugares para poder trabajar y ganar dinero para vivir, mientras las mujeres cuidaban a los hijos. 
Una mañana, triste y gris, el padre reunió a todos los hijos en el salón junto a la chimenea y les dijo "cada día necesitais, comer, beber, ropa, calor en invierno, etc y para todo esto necesitamos dinero, así que tengo que marcharme, pero nunca olvideis que volveré a buscaros".




El padre emigró a España y estuvo buscandose la vida, para enviar dinero a su familia. Cuando consiguió asentarse en un pueblecito de la Comunidad Valenciana, consiguió traer de Bolivia a toda su familia poco a poco, empezando por los mayores para que trabajaran con él.
Al final terminaron todos reunidos y felices en Massamagrell. 


¿Pensáis que emigrar es tan fácil como nos cuenta el cuento?

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